viernes, 2 de enero de 2009

A y er (el buscador de silencios)

Hay muchos formas de silencio, como igualmente existen diferentes clases de sonidos, también visualizaciones de colores vibrando en la realidad, los contornos de los iris en la mirada de las personas muchas veces delatan alguna intensión en particular. Los silencios se esparcen a la deriva, como catapultados desde alguna trinchera invisible, enviados para ser el espacio entre dos continentes de significados, son un momento breve o largo que aguarda la oportunidad de dejar de ser. Así, el silencio existe por y para desaparecer en medio de la nada, se transforma en ese elemento apaciguador, a la vez carente y muchas veces lleno de significado que tiene la capacidad de eliminar algunos segmentos y bordes innecesarios de realidad. Sin embargo, la obtención de éstos suele ser una tarea azarosa, uno tiene que adaptarse a cierto tipo de,…por decirlo, de esfuerzos para obtener los silencios de buena calidad, sobre todo si uno vive en ciudades vivas y vibrantes, llenas de prótesis mecánicas ruidosas que hacen de ellas eso, organismos vivientes que gustan de absorber el aspecto vital de sus habitantes. En este sentido, las poblaciones que rondan y circulan productivamente dentro del interior de las grandes metrópolis son la metáfora natural de la sangre que mantiene en movimiento y con vida a esa gran orbe-orgánica.
La contraparte lógica de ésta premisa vienen siendo los seres aislados y desadaptados que son visibles en las callejuelas, los improductivos y desempleados que buscan desesperadamente ser corriente natural en las arterias, los viejos enfermos de arrugas que aguardan el último suspiro en ruinosos cuartos grisáceos, los soñadores imprácticos, todos ellos son los reyes de la excreción citadina, la mierda y los cadáveres en el borde de las cañerías que detienen el movimiento circulatorio del gran hacedor de materia.
Volviendo a la tipologia del silencio, éste tiene matices variados, hay que recordar que no toda ausencia de sonido resulta ser silencio, el silencio es espacio y significado, significante en sí; pero eso todo mundo lo sabe; pocas veces se busca, menos aparece. Es un diamante transparente que trasluce luz momentánea, se suele encontrar en el aire, flotando sobre piedras volcánicas de concreción, Nosotros, los adictos de silencio, vivimos del que merodea tranquilo en los límites finos entre la vigilia y el sueño, lo buscamos a menudo bajo la luz de postes enmarañados de mosquitos, en la noche, en habitaciones vaciadas de cuerpos, pero no de aromas ni se ausencias. Hay silencios motores, que edifican, que crean disyuntivas, como aquel silencio que toma forma de respiros entrecortados, ése es el silencio producido por los amantes al terminar su agitación sexual. Otro es el silencio lloroso de los abusos físicos, que emerge de bajo de los puentes, dentro de habitaciones adornadas con motivos victorianos, silencio violento, un animal poroso y rojo. El silencio es una diadema de humo descansando en el aire, a veces etérea, a veces maldita.
Los adictos al silencio actuamos de maneras clandestinas, somos apenas un puñado de seres confundidos por el ruido, perseguidos y eliminados cada que se nos percibe, ocultos aguardamos ese momento blanco, el segmento de hielo que lastima, ese que hace que todo se paralice, en el que la lagrima abandonada se suspende como una piedra blanca entre el espacio que va desde los ojos hacia las piernas, en esos momentos breves de confusión múltiple, los eternos dirían los demás.
Continuará…

Fotografia, Michael Kenna, Valle de México 2006.
Se recomienda como elementos de deconstruccion de el sonido para el texto de:
The Legendary Wolfgang Press and Other Tall Stories, Wolfgang Press, Ecstasy. 1985.
The Maria Dimension, The Legendary Pink Dots, The Ocean Cried Blue Murder, 1991.

2 comentarios:

  1. Kien mejor ke tu para describir el silencio... muy bueno, como es y ha sido siempre

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  2. Sublime, me ha alegrado ser la primera en leerlo y disfrutarlo, gracias :)

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