viernes, 23 de enero de 2009

Superman Blanco, Superman Nigger


Pues los vecinos blancos dejaron un lodazal que al parecer sòlo un ex esclavo negro, por aquello de los viejos tiempos y la costumbre, es capàz de limpiar; eso parece advertir la era Neo- demòcrata que se avecina. Norteamerica es màs profunda que eso, y la fuerza y connotaciòn imperial que tiene es relativa a la de Roma en su mayor apogeo, los imperios se agrandan y se fortalezen no por la unidad interna, sino al contrario, como nos recuerda el buen Maquiavelo, por còmo tienen la capacidad de absorber las mùltiples divirgencias internas, la capacidad de asimilar el desorden y el caos para hacer frente a la fortuna. Norteamèrica no puede ser amiga del mundo, no lo necesita, porque el mundo està en ella, vive en un mundo autosuficiente y por ello se aisla. Norteamèrica sòlo puede imponer y expandir su particular idea de"libertad" con base en la fuerza, ya que asi fue fundada, origen es destino y Amèrica nos invade con armas y un particular estilo de vida.
La llamada primera potencia mundial o el Imperialismo yanky, son dos de los calificativos que se usan para nombrar el resultado de diferentes coyunturas históricas, muchas veces enraizadas en el origen mayoritariamente protestante de los peregrinos anglosajones que migraron hacia América.
En general la supremacía Norteamericana puede ser entendida a partir de sus orígenes y de las diferentes disyuntivas históricas ocurridas durante el siglo XX, en particular las guerras en Europa. Los elementos de la hegemonía Norteamericana son variados, algunos están directamente relacionados con el avance tecnológico y económico de una manera obvia, el expansionismo macroeconómico y por supuesto, el elemento que le da el carácter de Imperio: el militar.
Sin embargo para haber llegado hacia ese nivel hegemónico que enarbola la economía de libre mercado y el capitalismo más voraz- hasta ahora puesto en duda por la reciente crisis- y habiendo vencido a su enemigo ideológico, la ex URSS, como una nación portadora de un destino manifiesto, los Estado Unidos de Norteamérica deben ser comprendida a partir de un elemento necesario:
Su población multicultural; los diferentes estamentos que conforman y que se sobreponen y edifican la variada sociedad norteamericana, la inmigración como un fenómeno que enraíza el núcleo fundacional de los Estados Unidos y los grupos que mayor influencia tienen en las decisiones políticas del país.
Sin este componente no existe América, no habría diversidad ni contradicciones, no existiría la fuerza productiva de todo el mundo ubicada en un solo país, desde la expansión territorial que eliminaron las poblaciones naturales en aras de edificar una nueva nación libre construida y edificada desde sus bases por las inmigraciones de las poblaciones afro americanas y latinas, ni las mejores mentes exiliadas de la Europa autoritaria durante las guerras mundiales del siglo XX, como ejemplo.
La inmigración que recibió la Nación Norteamericana, es quizá el factor más determinante del progreso alcanzado hasta el presente. Gracias a la flexible política de inmigración que lo caracterizó entre la segunda mitad del siglo XIX y 1955, alrededor de 40 millones de personas ingresaron al territorio estadounidense.
El poblamiento de la zona de Norteamérica edificó las bases de la sociedad actual, poblaciones llegadas desde el sur de América y el centro de Europa, todas ellas enriquecieron la diversidad de la producción material, agrícola e industrial. La creación y expansión de las ciudades, como Nueva York que fue establecida por judíos, se convirtieron en centros importantes de manufactura.
Sin embargo, aún con los conceptos de mercado masivo que se comenzaban a usar para denotar la incipiente actividad económica de las ciudades del Este, surgieron las primeras contradicciones sociales, pues los trabajadores estadounidenses empezaron a resentir las actitudes sumisas de los trabajadores foráneos, quienes estaban dispuestos a trabajar más que ellos por incluso menores salarios y fue así como la legislación federal prohibió la entrada a los chinos en 1882.
Los japoneses fueron excluidos en 1907, pero muchos otros inmigrantes tenían libertad para entrar a Estados Unidos. Este hecho, resultado de la mala situación económica y el desempleo generado por la pasada y reciente guerra civil, fue un detonador de los comportamientos discriminativos y las xenofobias que con el paso del tiempo caracterizarían de manera negativa a la sociedad norteamericana.
La fuerte Industrialización del país, ya a comienzos del siglo XX, fomento la dinámica productiva, fenómeno que sucedió en la mayoría de los países que cambiaron su dinámica agrícola por una industrial en mayor medida, movilizando migraciones masivas del campo hacia la ciudad, sin embargo, en Estado Unidos, a pesar de la expansión industrial, se supo mantener un equilibrio entre las industrias y el agro, sustentado, en gran parte, al descubrimiento de islas vírgenes en el oeste, donde se mantuvo el tipo de producción de la economía primaria. Gracias a esta balanza de producción, los Estados Unidos pudieron desarrollar una independencia de las otras naciones, al autoabastecerse de los productos requeridos por la población.
La relación entre el factor social racial y el trabajo desempeñado ha sido una variable constante durante la expansión capitalista Estadounidense, hecho que fue heredado del antiguo colonialismo imperial. El advenimiento de las poblaciones africanas, por medio de un sistema esclavista, facilitó la producción y el florecimiento económico de las primeras colonias norteamericanas. Las palabras de la Declaración de independencia que todos los hombres nacen iguales carecían de sentido para el millón y medio de negros que eran esclavos.
La importación de esclavos fue proscrita en 1808, y muchos estados del norte impulsaron la abolición de la esclavitud, pero la economía sureña se basaba en enormes plantaciones que usaban mano de obra esclava para cultivar algodón, arroz, tabaco y azúcar, Así fue como los blancos sureños defendían la esclavitud como una necesidad productiva. Cuestión que no se resolvería oficialmente sino hasta los finales de la década de los sesenta del siglo XX.
Así, las pobres condiciones económicas de los países de Europa del Este y del Sur obligaron a muchos de sus habitantes a migrar hacia los EEUU. En los primeros años del siglo veinte llegaron al país millones de italianos, rusos, polacos y griegos, entre otros. Ciertamente, había pocas limitaciones para su entrada, hasta la década de 1920, cuando el Congreso la limita a sólo 100 mil personas por año. Esto fue la causa de las inmigraciones ilegales, poblaciones venidas principalmente desde América del sur, poblaciones latinoamericanas que contribuyen con abundante mano de obra en las zonas agrícolas o en los sectores de servicios, y que no reciben un reconocimiento legal, y menos de derechos laborales.
Debido a las malas condiciones económicas de Alemania, vencida en la guerra, muchos judíos ya habían emigrado hacia Estados Unidos aún antes de la segunda guerra mundial. En la década de 1930, muchos llegan escapando de la persecución étnico-religiosa de la Alemania Nazi. Sin embargo, la pobreza y la discriminación también les afectaron en tierras estadounidenses.
Eran vistos como una amenaza en el mercado laboral, especialmente en épocas de crisis económica, que son los periodos en los que normalmente salen a relucir ese tipo de comportamientos, cuando Incluso los judíos ricos fueron víctimas del anti-semitismo. Se les acusaba y perseguía por “comunistas”. Con las leyes anti-inmigrantes de los años 20's, el número de inmigrantes judíos se redujo.
Otro grupo migratorio importante, desde la conformación de la nación Estadounidense en las colonias del este, fue el conformado por los irlandeses. En 1845, los irlandeses venían huyendo de las injustas leyes e impuestos británicos y de la plaga que afectó el cultivo de papas, con esto la hambruna les golpeó duramente. Desde antes, sin embargo, los irlandeses católicos ya eran víctimas de la discriminación religiosa en los EEUU. Los protestantes les discriminaban por motivos religiosos ya que en su mayoría los irlandeses eran católicos, y básicamente por que éstos llegaron a buscar refugio de la pobreza de su país. Estos prejuicios de muchos ciudadanos y políticos estadounidenses explican las leyes anti-inmigración aprobadas en la década de 1920.
Por otro lado las ciudades más importantes del oeste y económicamente más activas del mundo como Los Ángeles, no podrían ser entendidas sin sus rasgos multiculturales, en especial de la contribución funcional y fundacional de los mexicanos: El traslado de la población mexicana hacia los Estados Unidos se inició desde el siglo XIX, cuando México pierde una parte importante de su territorio durante la intervención norteamericana. Físicamente, la frontera era inexistente en ese momento y los mexicanos no encuentran obstáculo alguno para pasar al país vecino.
Fue el ferrocarril, producto de la insipiente industrialización en México, el elemento que permitió un mayor fluyo migratorio hacia el norte a principios del siglo XX, al suroeste de Estados Unidos, una región en donde se comenzaba a experimentar un fuerte desarrollo económico basado en la agricultura.
A principios del siglo XX, los inmigrantes mexicanos jugaron un papel muy importante en la construcción de las vías férreas en el suroeste de Estados Unidos. La construcción de las vías férreas llevaron a las poblaciones mexicanas prácticamente por toda la unión americana.
Los principales elementos que hicieron del suroeste norteamericano el gran abastecedor de los Estados Unidos fueron: los ferrocarriles, que aseguraron un transporte confiable para la distribución de productos agrícolas a las ciudades, los nuevos sistemas de riego, que hicieron posible la apertura de miles de hectáreas al cultivo, y, la mano de obra mexicana, abundante y mal pagada limpió terrenos, sembró, regó y cosechó los productos agrícolas.
El descontrol social y los enfrentamientos de las facciones después de la revolución mexicana, hicieron que el campo mexicano quedara rezagado. En ese momento la industria y el campo estadounidenses necesitaban suplir a sus trabajadores que habían marchado a la Primera Guerra Mundial: de esta manera, los migrantes mexicanos resolvieron su problema de ocupación y el capital norteamericano obtuvo fuerza de trabajo.

En síntesis, el arranque productivo que caracterizó la hegemonía política, económica y cultural de los Estados Unidos, no pudo haber existido sin la contribución multicultural de su sociedad productiva, la forma en que se constituyó la sociedad al interior de los Estado Unidos es la clave para explicarse su papel y sus motivos al expandirse, sin embargo, son las fuerzas productivas al interior de esta nación las que proveyeron los cimentos sólidos y que permitieron el auge del libre mercado sobre una economía competitiva y autosuficiente.

Bibliografìa:
"Discursos sobre la primera década de Tito Livio", Nicolàs Maquiavelo. Edit Alianza, Madrid, 1987.

“El planeta americano”, Vicente Verdú, Editorial Anagrama SA, Barcelona, Edición: abril 1996 (en Argumentos).





No hay comentarios:

Publicar un comentario